El sacramento se compone de cuatro partes:
1. El examen de conciencia
2. La confesión de los pecados ante el sacerdote
3. La absolución y la contrición
4. La finalización de la penitencia impuesta por el sacerdote
La participación regular en el Sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación y la confesión de los pecados veniales ayuda a formar nuestra conciencia, a luchar contra las malas inclinaciones, a dejarnos curar por Cristo, a progresar en la vida, por el Espíritu. CCC 1458
La ley de la Santa Iglesia establece que: "Después de haber alcanzado el uso de la discreción, cada fiel está obligado a confesar fielmente sus pecados graves al menos una vez al año." CC 1457